Henry Kissinger, una figura icónica en el ámbito diplomático y político, nos ha dejado a la edad de 100 años. A lo largo de su vida, Kissinger demostró una gran habilidad para la diplomacia y dejó un impacto duradero en las relaciones internacionales.
Nacido el 27 de mayo de 1923 en Fürth, Alemania, Kissinger emigró a los Estados Unidos en 1938 para escapar del régimen nazi. Estudió en la Universidad de Harvard, donde obtuvo su título de doctor en relaciones internacionales.
La carrera de Kissinger fue meteórica. A partir de los años 50, se dedicó a la enseñanza y publicación de obras que le brindaron reconocimiento en el ámbito académico. Sin embargo, fue a partir de su nombramiento como Asesor de Seguridad Nacional bajo la administración del presidente Richard Nixon en 1969, que su influencia se extendió a nivel mundial.
Kissinger es conocido por su enfoque pragmático en la diplomacia y su habilidad para construir y mantener relaciones con líderes de diferentes países, incluyendo la apertura de relaciones diplomáticas con China y los Acuerdos de Paz de París que pusieron fin a la Guerra de Vietnam.
En cuanto a cómo logró llegar a vivir hasta los 100 años, se dice que Kissinger llevaba un estilo de vida disciplinado. Si bien no se conocen detalles precisos sobre su rutina personal, se ha destacado su capacidad para manejar el estrés y su dedicación a mantenerse activo mentalmente.
La longevidad de Kissinger también podría atribuirse a su pasión por el aprendizaje continuo. A lo largo de su vida, demostró una curiosidad insaciable, lo que le permitió adaptarse a los cambios y mantenerse al tanto de los acontecimientos globales.
La comunidad internacional lamenta profundamente su partida, pero su legado perdurará. Henry Kissinger será recordado como un visionario y estratega en las relaciones internacionales, cuyo impacto ha dejado huella en el mundo actual.